¿Es ético crear monos de diseño?

¡Hola amantes de la ciencia!

Un día más estamos aquí, en nuestro blog de divulgación científica. En este caso quiero abrir un debate sobre moralidad.

Hace unos días se publicó una noticia que me impactó bastante en un periódico español. La noticia contaba que en el instituto de Neurociencia en la ciudad china de Shanghái se habían clonado 5 monos. Pero no sólo eso, aparte de ser ejemplares genéticamente iguales les modificaron con “tijeras genéticas” para sufrir una serie de patologías relacionadas con el ritmo circadiano (reloj biológico, ciclo diario).  En ellos no funciona bien. No solo duermen menos, sino que incluso han mostrado comportamientos depresivos y cercanos a la esquizofrenia.

Los investigadores extrajeron un núcleo de un óvulo de mono y lo reemplazaron por el núcleo de células de tejido conectivo del donante con este trastorno. Este óvulo se convirtió en embrión que portaba los genes del núcleo reemplazado. Después fue transferido al útero de una hembra que dio a luz al clon.

Después de leer la noticia me plantee si realmente era ético, si estaba bien, si era moral. No solo por el hecho de clonar los seres vivos (que también) sino por modificarles para que sufran enfermedades. Al fin y al cabo, estos primates son muy cercanos a nosotros, los humanos. Investigando un poco leí que los autores de este “experimento” defienden  su objetivo final, según ellos este estudio ayuda a conocer mejor las enfermedades que nos afectan a los humanos.

Ahora me pregunto ¿Dónde está el límite? Se ha hecho con plantas, con ovejas y ahora, con monos ¿Cuánto tardarán en intentarlo con humanos? ¿Conserva el bienestar animal? ¿Es realmente necesario?

Me gustaría saber vuestras sensaciones y opiniones al respecto, podéis dejarlas en los comentarios.

Si habéis llegado hasta aquí y os invade la curiosidad, os dejo el enlace a la noticia completa:Nacen cinco monos clonados y a otras noticias relacionadas con clonaciones: La clonacion de plantas, La clonación de ADN y La clonacion de la oveja Dolly.

¡Hasta pronto!

Raquel Gómez Serna